miércoles, 18 de noviembre de 2015

No se si es lunes, martes o viernes
no se.
No me interesa en realidad
que nombre le han puesto
No me importa su clasificación
ni su programación.

Si es laborable u hogareño
si festivo o de júbilo
si de luto o tradición
No me interesa.

Es un día más y punto.
Un día para celebrar la vida y la belleza
Un día para pensar en lo que hago y lo que no
en lo que amo y lo que no
en lo que me rodea y me patea
que me  rodea y me hace feliz.

Un día para analizar
que el planeta nunca regresa al mismo punto
en el Universo.
Que por ende no hay años que numerar
ni que cumplir, ni que nombrar.
Y no hay edad ni cumpleaños.

Sólo días. Un día, dos o diez mil.
Es igual
Ese sí es el motivo para celebrar.
Vivir.
Pretendo subir en el carro de tu vida
Sólo un pie, para no perder el mío
te invito a que compartas la esquina de mi asiento
en radiante desafío al equilibrio de tus días.

Toma mi mano, siente el vuelo de mis plumas en alerón
déjate llevar en raudas transformaciones y enséñame a confiar de nuevo
Te ruego no desistas ante mi angustia
escucha mi ruego subterráneo
el latir de mi corazón ante tí, amado
la radiación infrarroja de cálida entrega invisible.

Pretendo acercarme a tus abismos

a tu afable sonrisa, a tus silencios
a tu clara ideología compartida
a tus simples cultivos de abejero.
Si demoro o caigo en zancadillas de traiciones previas
o me pierdo en intenciones aún cautivas
no olvides que el amor siempre es eterno
que viajaremos juntos hasta la transmutación siguiente.